Tengo sueños que perder

Creo que llegó el fin de mi (poca) vida social. Yo pensé que la facultad era demasiado, JA JA, ilusa!

Cambié de trabajo. A uno mejor, por suerte. No sé como lo consegui todavía. Era lo que quería, cómo lo quería, donde lo quería. Estoy enloquecida (más de lo normal, más que de costumbre).

Necesito dormir, necesito pensar, ¡necesito respiraaaar!

'Hola, ¿si? soy josefina, soy la nueva supervisora, si les gusta bien, si no también'

Y, sin previo aviso, sin que sea gradual: lluvia de trabajo, de responsabilidades, de gente preguntando, pidiendo, enojada, de gente para echar, de gente para entrevistar, y gente que no deja de ser gente.Y yo.

Y un final para rendir el jueves (todavía tengo esperanzas, por ahí los conocimientos se me meten en la cabeza mientras duermo, quien te dice..).

Y los fulanitos me acosan (se les ocurre aparecer cuando yo estoy tapada de cosas en qué pensar), les atacó un período de amor extremo, de 'retomemos viejas historias', y yo que ni termino de escribir la mía, que ya tengo que andar levantando el lapiz y señalando: "la puerta está por allá, que te vaya bien"

Y sigo siendo la de siempre, creo. Aunque ahora menos yo, o más distinta, poco igual. Un tsunami de cosas que me pasan por la cabeza, que tengo que hacer, que tengo que dejar, que tengo que saber.

Me senté adelante en la clase de pensamiento sistémico, SI, adelante. Y ¿sabés que? No agaché la cabeza. Me banqué las preguntas, y contesté (HASTA DE AUTOS HABLE)

Aprendi a llegar tarde, que aunque no parezca, es un gran punto a favor. Aprendi a ponerme mas firme, a querer a quienes quiero, aprendi a buscarme y saber encontrarme..

Estoy aprendiendo a parar, cuando ya no quiero más. Como ahora. (Quiero dormir)

Respirar, darlo todo y respirar. Si el destino mira mal hablarle al oido, pedirle cartas. Respirar, más que nunca respirar.  ♫