Mejor te canto lo que te gusta

¿Qué tan cierto será eso de que uno tiene que hacer las cosas en el momento en el que se le ocurren, sin pensar demasiado, porque después vienen los miedos, los arrepentimientos?.. y ¿qué tan mal está re-pensar las cosas, re-plantearlas, re-idearlas?
Ya se sabe que hay días más impulsivos, más llevaderos, más coloridos.. y otros más lastimeros, más grises, más olvidables. También que eso de las 'buenas rachas' tiene su lado cierto, que si uno está bien, las cosas salen acorde a eso, que la buena energía se va contagiando.
He aquí la cuestión: a veces el ser demasiado impulsivo, demasiado 'no me importa nada de nada y hago lo que quiero cuando quiero', ¿se nos viene en contra?

Tengo un plan, o no sé si lo tenía.
Tengo un proyecto, que por ahí necesita volverse a editar.
Tengo una felicidad extrema, de la que quizás haya que desconfiar.
Me vi bailando en la milonga de mi proyectito.
 Dando vueltas. Izquierda, derecha.
Y ahora me encuentro preguntándome si la milonga me gusta, o es algo que detesto.
A lo mejor tengo el típico rebusque de cualquier minita que no sabe que quiere, pero lo quiere ya.
Quizás me estoy dando cuenta que mi plancito estaba muy mal diseñado, que no iba a funcionar.
Por ahí me saturé de tanto bailar.
(puede ser que haya observado a alguien que despertó mi interés al costado de la pista, también)

Me da miedo lo nuevo, y le tengo miedo a lo viejo.
Y no me siento cómoda en el medio.

Igual estoy feliz, eso no cambia.